21.10.16

activismo


El sábado 21 de octubre de 1967 miles de personas marcharon en Washington. Era la primera gran marcha de protesta contra la guerra en Vietnam. Algunos contaron 50 mil, otros 70 y algunos afirman que fueron 100 mil. Salieron del Memorial a Lincoln. El Dr. Spock —Benjamin Spock, famoso pediatra que en los años cuarenta había escrito un exitoso libro sobre el cuidado de los niños— dijo sentirse traicionado por el presidente Lindon B. Johnson, a quien había apoyado durante su campaña. A las 3 de la tarde algunos ya se empezaban a retirar mientras otros siguieron la protesta hacia el Pentágono. Algunos pasaron ahí la noche y todo el domingo. La madrugada del lunes, las personas que se encontraban aun ahí fueron arrestadas. En total, durante las protestas de aquel fin de semana se arrestaron a 681 personas; cien fueron atendidos por diversas heridas. Entre los manifestantes estaba Jane Jacobs.

Jacobs, que en 1961 había publicado La vida y muerte de las grandes ciudades americanas, tenía ya un historial como activista. Ese mismo año, en una audiencia de la Comisión para la Planeación de la Ciudad, en Nueva York, fue retirada junto con otros participantes que tomaron la tribuna. En 1968 fue arrestada de nuevo y acusada de motín en segundo grado tras irrumpir en una junta en la que se discutía la construcción de la autopista de Lower Manhattan, uno de los proyectos de infraestructura vial de Robert Moses, su mayor adversario. Tras ese arresto, Jacobs y su familia se mudarán a Toronto, un cambio que también tenía el objetivo de proteger a sus dos hijos, en edad de hacer el servicio militar, de ser llamados a combatir en Vietnam.

Jacobs nació el 4 de mayo de 1916 en Scranton, Pensilvania, pero desde 1935 se mudó a Nueva York con su hermana. Estudió en Columbia durante dos años —geología, zoología, leyes, ciencias políticas y economía— y, tras escribir en varias revistas, empezó a colaborar en Architectural Forum a principios de los años cincuenta. En esos mismos años empezó su activismo para contener en Greenwich Village las transformaciones impulsadas por desarrolladores inmobiliarios y el crecimiento de la Universidad de Nueva York. También, por supuesto, contra los planes urbanos de Robert Moses. En 1962, Lewis Mumford escribió en su columna del New Yorker un artículo titulado Los remedios caseros de mamá Jacobs:

La críaica de la señora Jacobs la ha establecido como una persona a la que hay que tomar en cuenta. Aquí hay un nuevo tipo de “experto”, muy refrescante en relación a los círculos actuales de la planificación en los que las mentes, fascinadas con las computadoras, se limitan cuidadosamente a preguntar sólo el tipo de preguntas que las computadoras pueden responder e ignoran el contenido humano o los resultados humanos.

La visión casera y femenina de Jacobs presentaba la cara oculta del urbanismo. Por su parte David Harvey escribió:
Para finales de los años 60 una nueva crisis se había desarrollado; Moses, como Haussmann, cayó en desgracia y sus soluciones empezaron a verse como inapropiadas o inaceptables. Los tradicionalistas se agruparon en torno a Jane Jacobs y buscaron contener el brutal modernismo de los proyectos de Moses con una estética localizada en el barrio. Pero los suburbios ya se habían construido y el cambio radical en la forma de vida que implicaban tuvo muchas consecuencias sociales, llevando a las feministas, por ejemplo, a proclamar al suburbio como su territorio principal de batalla.
Jacobs vivió en Toronto desde 1968 hasta su muerte, a los 89 años, el 25 de abril del 2006. Herbert Muschamp, antiguo crítico de arquitectura del New York Times, calificó su libro, Vida y muerte de las grandes ciudades, como uno de los eventos “más traumáticos de la arquitectura del siglo XX.”

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